El día ocho de mayo
del año 888 a las 20.00 horas, nació en la ciudad de Etnacila una niña que desde
sus primeros minutos de vida mostró tener una fuerte personalidad, a diferencia
de su hermana gemela Lagura, la cual era mucho más paciente y tranquila. Sus
padres decidieron llamarla María, nombre que empleaban para dirigirse a ella
ante aquellas personas que no querían que conocieran su identidad, y Atila,
para familiares y personas que compartían su misma forma de vida. Esa niña de
la que os hablo, soy yo.
Puede que os
plantéis varias cuestiones; ¿a qué se debe el uso de dos nombres distintos para
una misma persona?, ¿cómo es posible que vuestra compañera de clase haya nacido
hace 1125 años y se conserve como si solo hubieran pasado por ella 27 años?, ¿y
sobre el lugar de nacimiento? Pero si nunca habréis escuchado hablar de Etnacila
¿verdad?, ¿o puede que sí?, ¿qué os parece si probáis a leer la palabra al
revés? Bueno después de tanta pregunta, comprendo que podáis estar
desconcertados, pero tranquilos/as que todo tiene su explicación.
Nací y me crié en
el seno de una familia algo particular, lo defino así, porque sé que así lo
interpretaréis, como hace todo el mundo cuando conoce mí historia, y no porque
yo la considere así, o mejor dicho la consideraba.
El principal
objetivo de mis familiares y el mío, cuando compartía el mismo modo de vida que
ellos, era el de combatir contra los cazadores, conocidos así entre nosotros, o
“salvadores” para otros, e intentar convertir
a todos los seres humanos posibles en zombiso
toculwhas.
Hasta hace bien
poco, alrededor de unos 300 años, dejé de ser una o
toculwha. Puede que este periodo
de tiempo os suponga una eternidad, pero para nosotros no lo es, ya que cada cien años que viven los humanos,
nosotros solo vivimos tres, por lo que hablando en términos de tiempo la cosa cambia.
No puedo negar,
que durante el tiempo que fui zombi, me sentí realmente orgullosa de serlo y de
compartirlo con los míos, pero suele pasar que cuando no conoces otros caminos
por miedo a que no te conduzcan a la meta que esperas alcanzar, no pruebas a
tomarlos, pero una vez te has arriesgado y optas por una vía diferente, te das
cuentas de las cosas que has ido perdiendo durante el recorrido y que tan feliz
te hubieran hecho, y eso fue lo que me sucedió a mí.
Aunque los o
toculwhas son individuos que no poseen ningún tipo de cultura, “saben” escribir,
inundando sus textos de faltas ortográficas, ausencia de coherencia y cohesión
textual etc., también carecen de
herramientas que les permitan comunicarse mediante el diálogo con los humanos,
lo cual se debe a la negativa que muestran en aprenderlas, además de intentar
evitar cualquier tipo de relación con ellos. No les conviene conocer su forma
de vida, debido a que la consideran perjudicial para ellos, pero yo me pregunto
¿cómo es posible rechazar algo que no se conoce? Detesto la forma de pensar que
tienen, la cual me inculcaron sin yo poder hacer nada al respecto,
convirtiéndome en una persona sin cultura y sin libertad de elección. Por culpa
de ello, perdí no haber aprendido muchas cosas que en la vida me habrían hecho
feliz, y que sabiéndolas ahora me niego a perderlas.
Os revelaré un
secreto, en clase hay más de un zombi que se hacen pasar por gente intelectual
que realmente no son. Os tienen muy bien engañados/as y eso se les da muy bien,
recordad que esto les garantiza la supervivencia entre los humanos, pero yo que
afortunadamente ya no formo parte de ellos y los puedo distinguir fácilmente,
si queréis, os puedo comentar de qué “personas” se tratan.
No os he contado
nada sobre la vida de mi hermana, porque será ella quien lo haga, al
igual de cómo continuó la mía, y quiénes fueron las que consiguieron
convertirme en humana, Darylia y Gaia.
Para finalizar,
os diré que gracias a mi salvadora, mi vida cambió radicalmente. Ahora, puedo
disfrutar de una buena conversación con otra persona, sentir placer cuando leo,
o la simple posibilidad de elegir en la vida lo que quiero, lo cual, gracias a esta
nueva familia he podido conseguir.
En fin, siempre
que tengáis la opción de elegir en la vida aquellas cosas que os hagan felices,
no las rechacéis, pero antes debéis de conocerlas.
Un saludo, María!
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