miércoles, 9 de octubre de 2013

Animación a la lectura

La animación a la lectura desde edades tempranas
Pedro César Cerrillo Torremocha



Catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura y Director del CEPLI. Universidad de Castilla La Mancha




Torremocha comienza el artículo haciendo una diferencia entre información e conocimiento. Afirma que la información es algo acumulable, que consiste en acumular y acumular noticias que no se asimilan, no se procesan y se discriminan. Sin la competencia lectora esa información que recibimos externamente no se llega a asimilar totalmente. El conocimiento es algo que está relacionando con el entendimiento y con la inteligencia, es estructurado y además, es algo interno.

Uno de los aspectos que más destaca Torremocha es que la lectura no es un hábito en la vida de los lectores. No es entendida como una primera necesidad y no ocupa un lugar importante en el tiempo de ocio de los españoles. En un estudio que se hizo en el año 2004 la lectura queda en penúltimo lugar como orden de preferencia de actividades en el tiempo libre, a pesar de ser España el país que más potencia editorial posee. 

Hoy día se practica más la lectura instrumental, es decir se lee más para informarnos, no para generar nuevo conocimiento e ideas. Se produce,  según Gil Calvo, una desnaturalización lectora que afecta en un principio a una cualidad lectora (¿qué se lee?, ¿cómo se lee?,etc)

 A pesar de no ser la lectura un hábito para la mayoría de la sociedad sí se piensa que el hecho de leer aporta desarrollo personal, facilidad para entender el mundo y capacidad para comunicarse con los demás.  
Leer es una actividad bastante compleja en la que el pensamiento y la memoria son cruciales, así como los conocimientos que el lector tiene sobre el tema.

 Centrándonos en el apartado de "Tipos de lectura y lectura escolar", Pedro César Cerrillo señala que hay muchos tipos de lectura, pero la verdadera es la voluntaria. Se dan también las lecturas obligatorias, que son las lecturas escolares. Se perciben como lecturas de carácter obligatorio que tienen el mismo objetivo que otras actividades y conocimientos escolares. Se diferencian de otras lecturas porque exigen tiempo, dedicación y sobre todo esfuerzo. 

Hoy día se dan dos tipos de lecturas: la obligatoria y la voluntaria. Una se da en el ámbito escolar y la otra cuando es el propio lector el que decide la selección de sus propias obras. Una persona a la que no le guste leer no se le puede obligar a hacerlo, puesto que todo se basa en la decisión personal de leer. 
La escuela tiene la posibilidad de desarrollar en el alumno/a la competencia lectora, es decir que sepan leer y comprender lo que leen. Ana María Machado dice que la lectura en la escuela es el espacio y el momento en que la literatura es salvada, puesto que el futuro lector se forma y descubre nuevas expectativas de aprendizaje. 

Sin embargo, al llegar a la adolescencia, muchos/as pierden el hábito lector porque sus intereses son las lecturas fáciles, abandonaba los libros y las lecturas literarias. Pero para que un niño/a  tenga la voluntad de leer lo más eficaz es que vea que algún familiar tiene es hábito lector. Tal y como se dice que las conductas son aprendidas y muchos hábitos también, el primer ámbito de influencia para que se lea, es el ámbito de la familia.

La animación a la lectura tiene como objetivo la mejora de los hábitos lectores de los alumnos/as hasta lograr crear en ellos hábitos lectores estables. Para que se dé esa mejora es necesario que se haga al margen de la práctica lectora como actividad escolar obligatoria, puesto que su puesta en práctica ha de ser de manera voluntaria, fácil y comprensible. 

Por lo que respecta a los ámbitos de la animación lectora, el artículo señala dos tipos: los formales y los no formales. Uno se da en el ámbito escolar y el otro en la familia, los medios de comunicación, etc. 

Como conclusión al artículo, comentar que el tema que trata Torremocha es de gran relevancia, puesto que actualmente pocos//as leen de manera voluntaria debido al hecho del incremento de los medios de televisión, la familia, Internet, etc. 

Por otra parte considero que la animación a la lectora se ha de llevar a cabo a través de las siguientes estrategias, para que el proceso sea más eficaz: 
1- Una actividad libre y continuada.
2- Libros elegidos según la edad a la que van dirigidos.
3- Libros con una calidad literaria.
4- Textos completos.
5- La experiencia que se adquiere a través de la lectura se pueda compartir con los demás

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