miércoles, 9 de octubre de 2013

ATILA: MI OTRO YO

El día ocho de mayo del año 888 a las 20.00 horas, nació en la ciudad de Etnacila una niña que desde sus primeros minutos de vida mostró tener una fuerte personalidad, a diferencia de su hermana gemela Lagura, la cual era mucho más paciente y tranquila. Sus padres decidieron llamarla María, nombre que empleaban para dirigirse a ella ante aquellas personas que no querían que conocieran su identidad, y Atila, para familiares y personas que compartían su misma forma de vida. Esa niña de la que os hablo, soy yo.
Puede que os plantéis varias cuestiones; ¿a qué se debe el uso de dos nombres distintos para una misma persona?, ¿cómo es posible que vuestra compañera de clase haya nacido hace 1125 años y se conserve como si solo hubieran pasado por ella 27 años?, ¿y sobre el lugar de nacimiento? Pero si nunca habréis escuchado hablar de Etnacila ¿verdad?, ¿o puede que sí?, ¿qué os parece si probáis a leer la palabra al revés? Bueno después de tanta pregunta, comprendo que podáis estar desconcertados, pero tranquilos/as que todo tiene su explicación.

Nací y me crié en el seno de una familia algo particular, lo defino así, porque sé que así lo interpretaréis, como hace todo el mundo cuando conoce mí historia, y no porque yo la considere así, o mejor dicho la consideraba.

El principal objetivo de mis familiares y el mío, cuando compartía el mismo modo de vida que ellos, era el de combatir contra los cazadores, conocidos así entre nosotros, o “salvadores” para otros,  e intentar convertir a todos los seres humanos posibles en zombiso toculwhas.
Hasta hace bien poco, alrededor de unos 300 años, dejé de ser una o toculwha.  Puede que este periodo de tiempo os suponga una eternidad, pero para nosotros no lo es,  ya que cada cien años que viven los humanos, nosotros solo vivimos tres, por lo que hablando en términos de tiempo la cosa cambia.
No puedo negar, que durante el tiempo que fui zombi, me sentí realmente orgullosa de serlo y de compartirlo con los míos, pero suele pasar que cuando no conoces otros caminos por miedo a que no te conduzcan a la meta que esperas alcanzar, no pruebas a tomarlos, pero una vez te has arriesgado y optas por una vía diferente, te das cuentas de las cosas que has ido perdiendo durante el recorrido y que tan feliz te hubieran hecho, y eso fue lo que me sucedió a mí.
Aunque los o toculwhas son individuos que no poseen ningún tipo de cultura, “saben” escribir, inundando sus textos de faltas ortográficas, ausencia de coherencia y cohesión textual etc.,   también carecen de herramientas que les permitan comunicarse mediante el diálogo con los humanos, lo cual se debe a la negativa que muestran en aprenderlas, además de intentar evitar cualquier tipo de relación con ellos. No les conviene conocer su forma de vida, debido a que la consideran perjudicial para ellos, pero yo me pregunto ¿cómo es posible rechazar algo que no se conoce? Detesto la forma de pensar que tienen, la cual me inculcaron sin yo poder hacer nada al respecto, convirtiéndome en una persona sin cultura y sin libertad de elección. Por culpa de ello, perdí no haber aprendido muchas cosas que en la vida me habrían hecho feliz, y que sabiéndolas ahora me niego a perderlas.
Os revelaré un secreto, en clase hay más de un zombi que se hacen pasar por gente intelectual que realmente no son. Os tienen muy bien engañados/as y eso se les da muy bien, recordad que esto les garantiza la supervivencia entre los humanos, pero yo que afortunadamente ya no formo parte de ellos y los puedo distinguir fácilmente, si queréis, os puedo comentar de qué “personas” se tratan.
No os he contado nada sobre la vida de mi hermana, porque será ella quien lo haga, al igual de cómo continuó la mía, y quiénes fueron las que consiguieron convertirme en humana, Darylia y Gaia.
Para finalizar, os diré que gracias a mi salvadora, mi vida cambió radicalmente. Ahora, puedo disfrutar de una buena conversación con otra persona, sentir placer cuando leo, o la simple posibilidad de elegir en la vida lo que quiero, lo cual, gracias a esta nueva familia he podido conseguir.
En fin, siempre que tengáis la opción de elegir en la vida aquellas cosas que os hagan felices, no las rechacéis, pero antes debéis de conocerlas.

Un saludo, María!                                                                                                            

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